Fuente: Unsplash |
Además, muchos trabajadores informan sentirse felices y realizados en espacios así. Adriana Lopez, una escritora sobre emprendimiento, en un artículo para Forbes (2013), afirma rotundamente que «estos ambientes no son sólo estimulantes, inspiradores y divertidos, sino que también conducen a nuevos desarrollos de negocio y colaboraciones y a niveles superiores de productividad y beneficio, como resultado de ser parte de una red de negocio en expansión». En esta línea, Harvard Business Review detalla un estudio en el que encuestaron a trabajadores en modalidad co-working y descubrieron que:
- Ven su trabajo como «con significado».
- Perciben más control sobre su trabajo.
- Se sienten parte de una comunidad.
Tal vez éstos sean algunos motivos por los que WeWork, una cadena de oficinas colaborativas con 247 edificios de coworking alrededor del mundo (The Walrus, 2018), cuente entre sus clientes a empresas nada start-up como IBM o Microsoft (The Startup, 2017).
Por otro lado, existen críticas negativas al co-working. The Guardian (2017) recoge que los espacios colaborativos de trabajo pueden ser ruidosos y con muchos elementos de distracción (hilo musical, movimiento, teléfonos…) que pueden hacer que en realidad sea difícil trabajar. El mismo diario se hace eco de la opinión de que el co-working tal vez sea el nido más reciente para la especulación, ya que es una opción atractiva y de moda (con demanda) para constructores y propietarios. Además, el co-working podría erosionar las condiciones laborales, sobre todo en materia de conciliación. Así, The Startup (2017) afirma que este modelo de negocio se basa en borrar la línea que separa la vida laboral de la vida personal.
Por último, Nicholas Hune-Brown cuenta su experiencia en los espacios WeWork. Nicholas, en su artículo para The Walrus, opina que el aspecto más distintivo del co-working es la idea de que todo el mundo allí está vendiéndose y potenciando su marca personal o profesional, al más puro estilo de Facebook e Instagram. Los espacios colaborativos, desde el punto de vista de Nicholas, están en el negocio de la autorrealización personal: venden el sentirse parte de algo considerado como revolucionario.
En definitiva, una idea que se repite mucho es que el co-working no vale para todo tipo de empresas y trabajadores.
Referencias:
Forbes (2013). Coworking: Is It Just A Fad Or The Future Of Business? https://www.forbes.com/sites/adrianalopez/2013/04/25/coworking-is-it-just-a-fad-or-the-future-of-business/#1d556a025bec
Harvard Business Review (2015). Why People Thrive in Coworking Spaces https://hbr.org/2015/05/why-people-thrive-in-coworking-spaces
The Startup (2017). Co-working — Ideology or Big Business? https://medium.com/swlh/co-working-ideology-or-big-business-42ebfd2e960c
The Walrus (2018). Why It's so Hard to Actually Work in Shared Offices https://thewalrus.ca/why-its-so-hard-to-actually-work-in-shared-offices/
1 comments:
Es una idea muy buena pero que en España creo que en general no sería buena idea. Yo trabajo en un despacho con 5 personas, 4 teléfonos. Una de estas personas no es de mi departamento, está aquí pero su trabajo es otro. Es un poco sorda y pone la música muy alta. Uno de mis compañeros se queja todo el rato y le da igual.
Creo que está bien para gente trabajadora pero da lugar, si no hay control, a los despistados. También hay uno de estos. Sea la hora que sea es difícil verle sentado en su sitio.
En fin, que en mi trabajo lo veo difícil.
Publicar un comentario