14/3/17

Design Thinking. La importancia de la innovación

En la actualidad, en un mundo interconectado, los procesos de innovación son fundamentales para adaptarnos a una situación tan cambiante, la rapidez con la que se producen avances tecnológicos obligan a idear nuevas soluciones a los problemas. Las compañías y administraciones públicas utilizan diferentes metodologías para incentivar la creatividad en el desarrollo de sus productos y servicios.

Son muchas las metodologías de innovación que se utilizan en el mundo empresarial, entre las más utilizadas están Deep-dive o inmersión profunda, Lean Thinking, Lean Startup, Technology roadmapping o itinerarios tecnológicos y muchas otras.

Una de las más populares y utilizadas es el Design Thinking, una metodología que permite generar ideas innovadoras y que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. No se trata de un concepto nuevo, su origen procede de los años 70, fue desarrollado en la Universidad de Stanford en California (EEUU) y su uso está ligado al trabajo que realizaban los diseñadores de productos y como éstos solucionaban sus problemas. No obstante, al tratarse de un gran generador de innovación, se puede aplicar a cualquier campo, no solo en el diseño de productos o servicios, sino también en la mejora de procesos o en la definición de nuevos modelos de negocio.

En el Design Thinking, en primer lugar, se define el problema y posteriormente se acometen las soluciones, como ya dijimos anteriormente, centrándose siempre en entender y solucionar las necesidades de los usuarios o clientes.

El proceso de diseño se desarrolla en 5 etapas:
  • Empatizar. Entender los problemas, necesidades y deseos de los usuarios implicados en la solución que estamos buscando 
  • Definir. Identificar los problemas cuyas soluciones son la clave para obtener un resultado innovador 
  • Idear. Es clave en esta etapa fomentar la participación y en reconocer como válidos todos los puntos de vista, nunca se sabe de dónde puede venir la solución al problema. 
  • Prototipo. Bien se trate de un producto, servicio o proceso, esta fase trata de representar la solución creando prototipos. 
  • Evaluar y probar. Interactuar con el prototipo, lo que nos permite perfeccionar el modelo lo suficiente como para hacerlo realidad. 
Son muchas las técnicas que se pueden utilizar en cada una de estas etapas y éstas serán seleccionadas en función de diferentes aspectos asociados al proceso.

Aunque su uso no presenta restricciones de ningún tipo, uno de sus puntos básicos es el trabajo en equipo, además cuanto más diverso, mejor. De esta manera es posible observar puntos de vista muy variados así como conocimientos y experiencias. Es necesario que al menos un integrante del equipo tenga amplios conocimientos sobre la metodología para guiar todo proceso.

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1 comments:

Unknown dijo...

Me parece muy interesante las diferentes formas de enseñanza-aprendizaje que se han presentado en estos artículos.
La verdad que abre muchísimas posibilidades para acercar al usuario a la formación y a tener actualizados los conocimientos relacionados con su interés o ámbito de trabajo

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